M'hija dinda:
Las cartas de don Amado
Campeche, Camp. Octubre 2 de 1986.
M'hija dinda:
Abril 17, 1981, Champotón
Agosto 11 de 1974
Rosana, Sol de mi vida:
Hoy cumples doce años y, aunque no estás conmigo, hay fiesta en mi corazón, porque llegas a esa edad siendo una niña alegre y adorable, cariñosa y buena; porque eres estudiosa; porque eres de alma noble; porque eres hacendosa y porque eres como siempre te pedí que fueras: limpia de cuerpo y de alma.
Hay fiesta en mi corazón, por la alegría que me produce el saberte mi hija. Una hija que trajo a mi corazón, a mi vida, con su amor, la mayor dulzura que pueda experimentar y a la que pueda aspirar cualquier humano. Que Dios te bendiga, te llene de bienes y te dé, multiplicada, toda la felicidad que tú le das a tu viejo Tato.
Todos nos hemos acordado mucho de ti en este día y, en tu cuarto, te espera un regalo sorpresa.
Tato
*Era mi perra. No me acuerdo a qué se refiere.
Amor de mis amores:
Recibí los dos lindos dibujos que me mandaste; inmediatamente los puse bajo el vidrio de mi escritorio. Te envío miles de besos por ellos y por las preciosas frases que en cada uno escribiste. Eres un sol mi bonita.
Tengo noticias de que ya empezó a aflojársete un dientito más; voy a escribirle al ratón, pidiéndole que me deje aquí la monedita que piense darte a cambio de tu dientito, para que tenga yo el gusto de dártela a nombre suyo cuando vengas.
Tengo muchos deseos de verte; pero también de saber que eres buena y estudiosa. No olvides que es muy importante que lo seas; así como obediente y limpia de cuerpo y alma. ¿Recuerdas que siempre te lo digo?
¿Estás aprendiéndote las tablas de multiplicar? ¿Todavía no te dicen que debes aprenderte además las de dividir? ¡No lo puedo creer!
Escríbeme y cuéntame cositas: lo que te pasa, lo que te gusta, lo que haces... lo que quieras decirme; lo que creas que me gustaría que me escribieras.
Cuando vengas, daremos paseos a la orilla del mar; en la nochecita, porque el sol pega fuerte por acá. Veremos unos parques con flores y hojas muy bonitos, algunos con grandes árboles. Distintos al parque Lira; con flores distintas, también, a las que allí te gusta ver; pero que estoy seguro de que te parecerán ‘preciosas’ como dices tú.
Mientras tanto, sol de mi vida, recibe besos de tu Tato que te adora.
Octubre 28/69, Campeche
Hijita mía adorada:
Recibí tu cartita del día 18 de este mes. No vino acompañada del dibujo que me has acostumbrado a recibir con tus cartas. No olvides enviarme algún dibujito con cada una de las próximas cartas que me escribas. Me encantan esos dibujos y me produce una gran alegría recibirlos. Ya sabes que los pongo bajo el vidrio de mi escritorio, con lo que además de adornar mi oficina me hacen tener presente que mi linda los dibujó pensando en su Tato. Las gentes para las que enviaste saludos (lo que a todos les dio mucho gusto) me piden darte las gracias porque te acordaste de ellas y todos me dijeron que te haga saber que te recuerdan con afecto. Cosa que me han dicho otras personas que no mencionas, tales como nuestra amiga Yolanda, la de la casa (...) que quiso tu dirección; su compañera, la morenita, me pidió saludarte. La (...) y su hija la de los ojos verdes, cuyo nombre no recuerdo; la hermana de doña Fina y su hija Silvia, la que le hizo algunos vestidos a tu mamá; la esposa de Pozos, en cuya casa comí en días pasados un buen guiso de pavo de monte. Un señor que trabaja en Telégrafos, que nunca me había hablado y que alguna vez te vio conmigo en el Kalúa, me preguntó por qué no te había visto últimamente. Del Kalúa se acuerdan de ti Pablo, doña Panchita (la viejita del hipil), el pinche (no sé cómo se llama), Pepe y el chaparro. Pepe se acuerda que le decías Pepino. El de la botica de la esquina cercana a la casa y el gordito moreno, medio pelón de la botica que está en la misma calle y acera del Kalúa. El viejón que llegaba al Kalúa a vender billetes de lotería y una vieja flaca del mismo oficio. En fin: medio Campeche te recuerda.
Mi Sol, como yo no sé dibujar, no puedo enviarte un lindo dibujo, como quisiera hacerlo; pero te contaré un cuento. Imagino que te lo leerá tu mamá, como seguramente lo ha venido haciendo hasta aquí, pues no creo que puedas con mi letra, ¡...y eso que trato de hacerla legible!
Miles de besos
Tato
Noviembre 3/69
Sol de mi vida:
No he terminado el cuento; me ha resultado algo largo y no me ha sido posible dedicarle más que unos momentos en las noches; lo terminaré y te lo enviaré esta misma semana; pero no quiero dejar de mandarte mi carta, pues hace ya bastantes días que recibí tu cartita que contesto y no me parece que deba yo dar oportunidad para que mi linda piense que su Tato no la tiene presente. Siempre estarás en mi pensamiento hijita mía.
Miles de besos
Tato
Nadie más me ha escrito, por eso a nadie más le escribo.